
La producción se desplomó en mayo el 26% con la parada de un horno alto .La pérdida de empleo en el sector se acerca a los 5.000 puestos en un año.
El gigante del acero paralizó la producción de arrabio en el llamado horno alto B durante la primera semana de mayo, intensificando un programa de recortes que había iniciado meses atrás en varias líneas de productos y que también ha conducido a la presentación de un expediente de regulación de empleo (ERE). El tono general de la industria regional es recesivo, pero, como recoge en sus informes la Sociedad Asturiana de Estudios Económicos e Industriales (SADEI), el factor de mayor trascendencia en los resultados de mayo estuvo en la siderurgia, «no sólo por el impacto en su propia producción, sino por la repercusión que tiene en otras empresas y actividades auxiliares». El recorte de Arcelor, combinado con las caídas en otras elaboraciones metalúrgicas (cinc y aluminio), explica que la producción de la industria básica se haya hundido hasta un 36 por ciento, según estimaciones de SADEI. El potente negocio energético regional no ayuda a contener los números rojos. La generación de electricidad está cayendo a ritmos del 8,2 por ciento, debido a la depresión de la demanda de kilovatios dentro y fuera de Asturias, a las desventajas competitivas de las térmicas de carbón en algunos momentos del mercado y, en el caso de lo ocurrido en mayo, a un notable descenso en la producción hidroeléctrica. SADEI hace notar que en la industria han aparecido, además, nuevos expedientes de regulación de empleo, que han bajado los niveles de subcontratación entre las empresas y que también algunas líneas productivas han rebajado actividad por motivos técnicos.
El reflejo de todo eso en el mercado de trabajo es que la pérdida de empleo en la industria se está acercando a los cinco mil puestos de trabajo, según indica el comportamiento de las afiliaciones a la Seguridad Social.
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